Son empleados en obras de reparación, refuerzo, contención, rehabilitación de estructuras preexistentes y consolidaciones de terrenos especialmente en zonas de difícil acceso, con problemas de espacio o con la existencia de restricciones en la cimentación tales como vibración, sobrecargas, sismo, etc.

Actualmente trabajamos con diámetros entre 4 y 12 pulgadas y con profundidades de hasta 50 metros.